Solo si las decisiones en el país se toman de una forma técnica e ingenieril con métodos para la toma de decisiones blindados frente a cualquier tipo de corrupción estaremos seguros de estar caminando hacia una mayor competitividad nacional frente al mundo, que es la gran herramienta para jalonar las grandes soluciones que requerimos.
Todas las medidas son del ámbito de la ingeniería, que no deberían tener que ver con decisiones políticas de coyuntura y menos de improvisación de funcionarios de turno del orden político. Deben obedecer a un proceso sistemático de planeación y optimización, estable, basado en las múltiples técnicas que confluyen en un complejo sistema como es el de transporte masivo en la ciudad.
Las analogías no son tan habituales y fáciles como para que todo el mundo se haya imaginado que un trancón en una de las arterias de la ciudad puede asemejarse a un cuello de botella en una línea de producción de una fábrica o a una demora absurda en una cola de atención en un banco. Pero sí, todos ellos suceden en procesos, y como tales, sus resultados se pueden mejorar con herramientas de productividad.
La corrupción es una espiral perversa que le sirve demasiado a pocos, y muy poco a la mayoría. Antes de hablar sobre cómo mejorar la competitividad, ¡hay que erradicar la corrupción!
En Colombia, la liberalización del mercado eléctrico se dio con las Leyes 142 y 143 de 1994, la cual estipula: “el principio de eficiencia obliga a la correcta asignación y utilización de los recursos de tal forma que se garantice la prestación del servicio al menor costo económico”.
Este principio de eficiencia, se ha traducido en la implementación de distintos modelos matemáticos de optimización, para asegurar (con rigor matemático) que realmente se está garantizando la prestación del servicio al menor costo económico.
Como se ve, la lógica del aprovechamiento como alternativa de transporte del río obedece a la lógica logística, que no es tan simple y tiene muchos aspectos diversos y a veces contrarios entre sí, que se debe analizar en forma holística. Pero como obedece a la lógica de la competitividad, se trata de un asunto práctico basado en hechos y datos, que se impondrá si tiene lógica económica.
Todos los beneficios para los campesinos y agricultores, las poblaciones eminentemente rurales y en general para el país, llegarán como consecuencia de que el campo sea un buen negocio, con una lógica económica probada en los mercados que atienda.
En muchos países del mundo es común el uso de modelos matemáticos estandarizados para la optimización del uso del suelo. En Colombia se han utilizado, pero no es una práctica común, ni constante.
No hay que ir muy lejos para encontrar casos exitosos de aplicaciones con modelos matemáticos de optimización de uso en la minería, que producen enormes ahorros a esta industria.
Depende como se entienda la palabra innovación, podría ser lo uno o lo otro, o ambos. Hoy en día se entiende por innovación llevar un producto o servicio nuevo o mejorado al mercado y que tenga éxito. O sea, debe servir o satisfacer algún requerimiento o deseo de un conjunto de clientes.